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martes, 8 de abril de 2014

ABP frente a Instrucción Directa


    Los tiempos cambian y también lo hacen las aulas, los alumnos, los profesores, las maneras de enseñar... No existe una fórmula única que se adapte de manera inequívoca a cada individuo, a cada manera de pensar y aprender pero, lo que parece quedar claro es que, usar siempre las mismas estrategias, no funciona. Ni funciona ahora ni lo hacía antes probablemente.

    Para muestra, este capítulo de Mafalda en el que la reivindicativa niña se rebela contra un sistema tradicional que le impide expresarse tal y como ella siente:

                             

  
 La metodología tradicional resulta cómoda tanto para el profesor como para el alumno: el primero se siente seguro, controlador del proceso; al segundo no se le exige más que reproducir de forma correcta, y frente al formato “prueba”, toda la información recogida (de forma meramente pasiva) por el profesor (transmisor de la información).


    Sin embargo, a la larga produce falta de motivación (en ambos), desinterés, apatía..., que acaba desencadenando en frustración y fracaso académico.




    Mencionando algunas de las ideas señaladas en el material de consulta, son evidentes las ventajas de la metodología basada en proyectos:

  • Frente a la metodología tradicional en la que como hemos dicho el alumno tiene un papel principalmente pasivo y muy dirigido, con el ABP permite que el alumno tome las riendas de su aprendizaje: Se fomenta así su autonomía, su responsabilidad, la toma de decisiones propias. Esto supone además la mejora de la satisfacción con el propio aprendizaje.
  • La tarea final a realizar es fruto de un acuerdo previo, por lo que la motivación de partida es mucho mayor (no es lo mismo hacer las cosas porque uno quiere hacerlas que porque tenemos que hacerlas)
  • Las tareas planteadas suponen reto intelectual mayor que las habituales en la metodología tradicional. Con esta última, la práctica suele limitarse a la repetición de actividades que están descontextualizadas de un modo mecánico y acrítico. Las tareas propuestas en un proyecto son más abiertas y creativas (debates, lecturas, investigación, presentaciones orales, etc.) y están relacionadas con situaciones reales. Todo ello preparará al alumno para afrontar de mejor manera las que afrontará en un futuro.

  • Favorece pensamiento crítico frente al memorístico, reiteración, de corta duración y acrítico (el alumno debe cuestionarse, reflexionar, buscar vías diferentes de investigación, indagar)
  • Mejora la capacidad para el trabajo en equipo. El enfoque tradicional supone un “yo me lo guiso y yo me lo como” (no hay intercambio de ideas, el aprendizaje se empobrece). La discusión de diferentes puntos de vista permite la flexibilidad de posturas, el respeto hacia las que son ajenas, en enriquecimiento del proceso de aprendizaje.

    Cabe señalar también algunos inconvenientes o dificultades:
  • El ABP supone un cambio profundo en los roles ya asentados tanto para el profesor como para el alumno. El profesor pasa de ser el centro del proceso a ser un mero guía y, el alumno toma un papel primordial (ambos pueden mostrar reticencias iniciales, pues se sienten cómodos y les cuesta salir de su zona de confort)
  • En algunos casos puede ser difícil compatibilizar este tipo de metodología con el modo y ritmo de trabajo que se suele llevar a cabo en los departamentos (cumplir con la temporalización, usar métodos uniformes de evaluación, etc.)
  • Además, supone una carga de trabajo importante para el docente pues, hoy por hoy no se dispone de un material que se adapte del todo a nuestras necesidades, por lo que es necesaria la elaboración del mismo.
  • En mi materia en particular (matemáticas), encuentro complejo incluir en los proyectos tares o actividades que permitan al alumno afianzar los conceptos sin que resulte algo poco natural o forzado. Si estamos estudiando fracciones, por ejemplo, el alumno puede trabajar con situaciones cotidianas donde debe operar con ellas. Suelen ser cuestiones sencillas pues, en la vida cotidiana es habitual que se den así. Sin embargo, en la mayoría de los casos el alumnado necesita una práctica individual extra para conseguir una fluidez de cálculo que, de llevarse a cabo durante el proceso lo frena y que, de desarrollarse más tarde, da lugar a una desconexión que el alumno no entiende, y que hace que de algún modo se desvirtúe el sentido del proyecto. Es una de las mayores dificultades con las que me encuentro.

    En mi opinión la metodología del docente debe de promover la autonomía, el aprendizaje crítico, la reflexión, la responsabilidad... Esto se consigue en gran medida a través del aprendizaje ABP, por lo que interesa mucho aprender más sobre su puesta en práctica. Esto no significa que haya que desterrar por el completo otras estrategias más tradicionales que pueden servir y complementar nuestro trabajo.

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